(o cómo Hollywood demoniza a un pueblo)
“Reel Bad Arabs: how Hollywood vilifies a people” está basado en el libro homónimo de Jack Shaheen, profesor emérito de la Universidad de Ilinois. La crítica ha recibido con los brazos abiertos el documental. Por ejemplo, The Washington Post
afirma en un artículo que “esta obra vanguardista disecciona un aspecto
de la historia cinematográfica desde la época del cine mudo hasta los
grandes éxitos comerciales actuales”. La película explora así una larga
lista de imágenes negativas de los árabes y “ofrece un análisis profundo
del origen de estos estereotipos, su desarrollo en momentos clave de la
Historia de Estados Unidos y por qué son tan importantes en la
actualidad”, añade el diario estadounidense.
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Los Árabes en Hollywood
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Protagonizada por el propio Shaheen
-quien investigó más de 1.000 películas del cine de Hollywood desde sus
inicios hasta nuestros tiempos para documentarse-, el documental deja
claro desde el primer fotograma que los árabes son el colectivo peor
tratado en el cine al contrario que otros grupos marginales como judíos o
gitanos, a quienes “sí se respeta en la gran pantalla”. Y la razón de
este maltrato reside en el racismo “invisible” de estas películas, que
presentan de manera sistemática la figura del árabe como infrahumana,
fanatizada y “que no valora la vida humana al igual que nosotros, que
quiere destruir – a Occidente- con su petróleo y con su terrorismo.
Mientras los hombres quieren secuestrar y seducir brutalmente a las
mujeres, no tienen familia, viven en el desierto y se comportan como
seres primitivos, las mujeres son serviles, parecen cuervos negros o
bien las vemos como mudas y exóticas doncellas de harén”.
Said, en "Lost" |
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¿Cuáles son estos estereotipos?
Los
estereotipos sobre los árabes más empleados en el cine occidental, que
también aparecen en otras disciplinas artísticas como el cómic, son
principalmente cuatro. El primero es el misticismo oriental que atrajo a Oriente Medio a grandes personalidades europeas, a principios del siglo pasado. El cine de la década de los 50’ representaba la arabidad
a través de eróticas danza orientale” que mujeres del harén
realizaban en cualquier fiesta, encantadores de serpientes que surgían
en cualquier plaza y el camello y la alfombra mágica como principales
medios de transporte (Invitation to Dance, 1956),
Elvis Presley en "Harum Scarum" |
El segundo, es que Hollywood presentaba el desierto como el hogar de la población árabe (Harum Scarum, 1965).
Obviamente, esta apreciación no se ajusta a la realidad, ya que la
población árabe que vive en el desierto es muy reducida. El tercer
estereotipo tiene un impacto más negativo: una y otra vez se repiten las
imágenes de los árabes como figuras incivilizadas o bárbaras. No sólo
en el cine clásico, sino también en los dibujos animados. Muchos de
nosotros podemos hacer memoria y repetir algunas de las canciones de la
película de Disney, Aladdin (1992) para ver qué encontramos en
sus letras, o la escena de esta misma película dónde se amenaza a la
princesa con cortarle la mano como pena por haber robado una manzana.
El cuarto estereotipo tiene como objetivo ridiculizar. En la mayoría de estas películas se parodia la figura del jeque árabe, representándole como un “rico, despilfarrador, fácil de timar, analfabeto y machista, y obsesionado con las mujeres occidentales” (Father of the Bride 2, 1995). “En más de un tercio de las películas del cine americano en las que se hace referencia a los árabes, se realizan bromas o comentarios desagradables o racistas sobre esta etnia”, señala el director del documental. Uno de los puntos que el profesor Jack G. Shaneen destaca con notoriedad en el documental es el giro radical que el cine estadounidense establece para representar a la figura árabe. En palabras del conocido político norteamericano, Jack Valenti,“Washington y Hollywood, nacen del mismo ADN”.
El cuarto estereotipo tiene como objetivo ridiculizar. En la mayoría de estas películas se parodia la figura del jeque árabe, representándole como un “rico, despilfarrador, fácil de timar, analfabeto y machista, y obsesionado con las mujeres occidentales” (Father of the Bride 2, 1995). “En más de un tercio de las películas del cine americano en las que se hace referencia a los árabes, se realizan bromas o comentarios desagradables o racistas sobre esta etnia”, señala el director del documental. Uno de los puntos que el profesor Jack G. Shaneen destaca con notoriedad en el documental es el giro radical que el cine estadounidense establece para representar a la figura árabe. En palabras del conocido político norteamericano, Jack Valenti,“Washington y Hollywood, nacen del mismo ADN”.
El Padre de la Novia II |
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¿Cuáles son los efectos de estos acontecimientos en el cine de Hollywood?
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Una de las películas favoritas del autor de Reel Bad Arabs es Network,
que representa en su sentido más puro la ira irracional hacía un grupo
étnico determinado, originada por el miedo y la amenaza que se dice
este grupo representa para la población americana. En realidad, esto no es más que la inculcación del
miedo a través del cine.
Otra
de las formas en las que se puede ver la conexión entre el cine de
Hollywood y la política de Washington, es cómo el cine ha retratado a la
población palestina. Resulta curioso que no ha reproducido ni una sola
imagen de los desalojos forzados, los campos de refugiados, la
destrucción de viviendas, ni de las víctimas inocentes de la ocupación.
Sin embargo ya desde orígenes tempranos lo que sí podemos encontrar son
películas que victimizan al pueblo israelí (Cast a Giant Shadow, 1966) y caracterizan a los palestinos como “antiaméricanos, asesinos, terroristas o fanáticos religiosos” (Death before Dishonor, 1987), incluso en el caso de las mujeres (Black Sunday 1977). Sólo
en la década de los 90’, tras la escalada de violencia producida en el
conflicto durante la Primera Intifada, Hollywood produjo una treintena
de películas que representaban al pueblo palestino desde esa óptica tan
negativa (True Lies, 1994).
Desde
entonces la mayor parte de las veces el malo de la película, sin
razón justificada, es árabe: o secuestra al héroe de la película (Gladiator, 2000), o mata de forma indiscriminada al protagonista (Back to the Future, 1985).
Y ya en las últimas dos décadas, es un fanático religioso o terrorista.
La mujer árabe, quien inicialmente representaba el erotismo a través de
las danzas orientales, ahora aparece como una figura secundaria,
subordinada y velada (The Mummy, 1999); o como una terrorista que odia de forma irracional a Occidente sólo por ser árabe (Never say never again, 1985)
Todas las películas de Hollywood en las que vemos imágenes de oficiales del ejército estadounidense bombardeando países árabes (Iron Eagle, 1986) o
disparando contra la población están supervisadas por el Departamento
de Defensa de los EEUU. Para Jack G. Shaneen, una de las más polémicas
son las que aparecen en Rules of Engagement (2000). La trama
principal de esta película es dilucidar si el ejército estadounidense es
responsable o no de una matanza de civiles en Yemen. La respuesta final
es que estos civiles, niños incluidos, eran terroristas que atacaron al
ejército y éste sólo actuó en legítima defensa. Por tanto “merecen
morir”, y de hecho, mueren en la mayoría de estas películas. Misión
cumplida. Este cine realiza así una “deshumanización de los árabes” tan
fuerte que parece que le prive del derecho a ser tratados como personas.
¿Qué puede pensar la población árabe por tanto de este cine?
Después del 11S
se produjo un giro radical en la política estadounidense hacia Oriente
Medio que coincide con el inicio de la “era del miedo” en los EEUU. Los
efectos sobre la población árabe-musulmana fueron muy graves ya que para
el pueblo norteamericano, todos los árabes-musulmanes se convirtieron
en presuntos responsables de los atentados, llevando a una
generalización muy peligrosa e inédita. Nunca se había tachado a todo un
colectivo de extremista por los actos de algunos de sus miembros (nadie
pensaría que todos los irlandeses son terroristas desde la creación del
IRA, aunque en el cine muchas veces la figura del irlandés se vincula a este grupo terrorista). Esta generalización fue extendida por políticos, medios de comunicación estadounidenses, el cine y la TV con series como 24, (2004) y Sleepless (2005). La islamofobia continúa en nuestros días y no sorprende porque, como destaca Jack Shaneen, ha calado muy fondo. “Cuando
civiles árabes inocentes mueren en un atentado, son bombardeados o
disparados, o torturados por las fuerzas norteamericanas, la población
estadounidense ni se inquieta, ni se sorprende”.
"Real Bad Arabs" Parte 1/5 VOSE
"Real Bad Arabs" Parte 2/5 VOSE
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