domingo, 2 de junio de 2013

Persepolis

Persepolis, un film de animación basado en la novela autobiográfica de Marjane Satrapi, ideal para entender de una manera clara y divertida la revolución iraní
La película comienza en el aeropuerto de Paris-Orly, donde Marjane Satrapi (Chiara Mastroianni) no está en condiciones de tomar su avión con destino a Irán, por razones que no se explican claramente. Se sienta a fumar un cigarrillo, mientras recuerda su infancia en Irán. Cuando era niña, Marji vivía en Teherán con los sueños infantiles de ser profeta y discípulo de Bruce Lee. Pero, yuxtaponiendo sus ambiciones infantiles se encuentra el levantamiento popular contra el Shah respaldado por Estados Unidos. Su familia de clase media participa en manifestaciones y protestas, con la esperanza de una sociedad mejor. Mientras tanto, Marji se intenta identificar con el punto de vista de su generación, ya sea mediante la amenaza al hijo de un funcionario del gobierno impopular o sintiéndose orgullosa, junto a los otros niños, de sus familiares que han sido presos políticos. Un día, su tío Anoush regresa a casa después de ser liberado de su condena de nueve años en la cárcel. Anoush inspira a Marji con la historia de su vida y de su huida del gobierno, como resultado de rebelarse y de su ideología comunista, su papel en el establecimiento del Gobierno Popular de Azerbaiyán, y su encarcelamiento por las autoridades iraníes cuando trató de regresar a Irán des de la Unión Soviética.
Después de la caída del Shah, finalmente los enemigos políticos cesan los combates y comienzan las elecciones para escoger al nuevo gobierno iraní. La situación de la familia de Marji no mejora, ya que están profundamente molestos cuando los fundamentalistas islámicos ganan las elecciones con el 99,99% de los votos y comienzan a reprimir a la sociedad iraní. El gobierno obliga a las mujeres a vestir con modestia y a llevar un velo que les cubra parte del cuerpo, y el tío Anoush es detenido de nuevo y ejecutado por sus creencias políticas. Profundamente desilusionada, Marji intenta, con su familia, adaptarse a la realidad del régimen intolerante. La guerra entre Irán e Irak se declara y Marji ve por sí misma los horrores de la muerte y la destrucción. El gobierno iraní inicia la implementación de leyes ridículas que crean injusticias flagrantes. La familia trata de encontrar consuelo en las fiestas secretas, donde disfrutan de los placeres simples que el gobierno ha declarado ilegales, incluido el alcohol. A medida que crece, Marji comienza una vida de exceso de confianza. Ella se niega a meterse en problemas, compra en secreto música heavy metal occidental, especialmente Iron Maiden, en el mercado negro, viste ropa poco ortodoxa, le apasiona el punk, el rock y otras sensaciones musicales occidentales como Michael Jackson, y abiertamente se atreve a enfrentarse a una maestra por sus mentiras sobre los abusos del gobierno.
Ante el temor de que fuera detenida por su rebeldía, los padres de Marji deciden enviarla a estudiar a un liceo francés en Viena, Austria, donde pueda estar segura. Allí vive en una residencia de monjas católicas, donde tampoco se encuentra cómoda debido a su comportamiento discriminatorio y crítico con su pueblo. Marji  intenta hacer amigos, pero se siente aislada en un país extranjero rodeada por gente superficial que toma su libertad por sentada. A medida que pasan los años, Marji es expulsada de su refugio temporal por insultar a una monja y acaba vagabundeando por las calles. Sigue mudándose de casa en casa sin encontrar su lugar, hasta acabar en la casa de una extraña profesora de filosofía jubilada. Una noche, la figura de su abuela se le aparece, diciéndole que debe permanecer fiel a sí misma, después de que en una de las fiestas a las que asiste mintiera sobre su nacionalidad. Se involucra en una apasionada historia de amor con Markus, que termina cuando descubre que este le engaña. La cosa empeora sustancialmente cuando su casera la acusa de haberle robado un broche y Marji tiene que huir de la casa en la que vive y pasar duras noches durmiendo en un banco.  Allí es donde enferma de bronquitis y está a punto de morir.  
Marji se recupera en un hospital de Viena y regresa a Irán con el permiso de su familia y espera que el fin de la guerra mejore su calidad de vida. Pero la cosa no mejora y Marji cae en una depresión clínica e intenta suicidarse con una sobredosis de medicamentos. En este momento sueña con Dios y Karl Marx que le recuerdan lo que es importante y con ello su determinación se renueva y comienza disfrutar de la vida otra vez. Asiste a clases en la universidad e inicia una relación con un compañero de estudios. Pero a pesar de este nuevo cambio, se da cuenta de que la situación ha empeorado progresivamente y que la sociedad iraní está más tiranizada que nunca. Las ejecuciones en masa por creencias políticas se han vuelto comunes y las nuevas normas morales absurdas. Ella y su novio se cogen la mano por la calle y sus padres se ven obligados a pagar una multa para evitar su detención.
Su matrimonio se desmorona después de un año. La redada de la policía en una fiesta a la que asiste tiene como resultado el asesinato de uno de sus amigos mientras trataba de escapar en los techos. Después de la muerte de su amigo y su divorcio, la familia decide que Marji debe abandonar el país de forma permanente para evitar ser el blanco de las autoridades iraníes como una disidente político. Su madre le prohíbe regresar y Marji acepta a regañadientes. Su abuela muere poco después de su regreso a Europa. En la última escena, Marji sube en un taxi y cuando este se aleja de la terminal sur del aeropuerto de París-Orly, la narrativa corta de nuevo a la actualidad. El conductor le pregunta de dónde es y ella responde "Irán", manteniendo la promesa que hizo a Anoush y a su abuela de que iba a recordar de dónde venía manteniéndose fiel a sí misma.


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