domingo, 27 de mayo de 2012

Birdsong

El primero de los libros comprados en mi viaje a Londres de la semana pasada..
"Birdsong", traducido al español como "La canción del cielo", del autor inglés Sebastian Faulks y del que por lo visto la serie producida por la BBC ha gozado de gran éxito en USA y UK y que con un poco de suerte y tiempo espero poder ver. 
Al descubrir este libro me he dado cuenta de que hablar de Sebastian Faulks no es hablar de un escritor cualquiera y, probablemente por ello, sus libros tampoco son libros cualquiera. La versatilidad de este autor hace que pueda escribir tanto un libro basado en las intrigas del espionaje de la Guerra Fría, como una historia de amor de esas que desgarran al lector y quedan para siempre escritas en la historia de los clásicos. Y por misterioso que parezca, en ambos casos suele salir airoso y sus seguidores parecen incondicionales.
La canción del cielo, un clásico moderno editado por primera  vez en 1994 y que por lo visto ha sido recuperado ahora por Seix Barral en España, es uno de esos libros donde se deja ver la maestría de Faulks.
Se trata de una  emocionante historia que comienza en 1910, cuando Stephen Wraysford, un joven inglés, viaja a Francia para estudiar el funcionamiento de la empresa textil de René Azaire.  Ese viaje marcará para siempre la existencia de Wraysford que  quedará impresionado por la belleza de Isabelle, la mujer del dueño, con la que vive un apasionado romance que, no obstante, está condenado a acabar en tragedia. Y pronto, se cumple el vaticinio. Cuando  Isabelle decide terminar con la relación y volver junto a la seguridad que le proporciona su matrimonio, Stephen vuelve a su país destrozado y siendo apenas la sombra de lo que era antes.
Pero el destino aún le tiene reserva un último golpe y seis años más tarde, un apuesto y maduro Stephen  regresará a Francia para combatir en la Gran Guerra. Allí la crueldad de la contienda y el reencuentro con su pasado llevarán al protagonista  a reflexionar sobre el sentido del amor y el odio, sobre el alma  humana y , por encima de todo, sobre el sinsentido del dolor que el hombre es capaz de causar al hombre.
Sebastian Faulks, más conocido en los últimos años por haber sido elegido para continuar la saga de novelas de James Bond;  se muestra en La canción del cielo como un consumado narrador. Su relato de la batalla del Somme, rico en detalles históricos e inmenso tanto por lo épico de la narrativa como por sus crudas descripciones, ha hecho que los críticos hayan asociado su nombre al de genios literarios como escritores como Ernest Hemingway. «El dominio de Faulks es tan apasionado y total, que sin duda debe clasificarse como una hazaña fascinante, conmovedora e inolvidable»,  escribían los críticos en el diario The Times.
Con más de cinco millones de ejemplares vendidos en todo el mundo y galardonada con un Galaxy British Book Award, La canción del cielo es una novela fundamental sobre la primera guerra mundial. Esta brillante reflexión sobre el alma humana y el espíritu del siglo XX es lectura recomendada en las universidades británicas y figura entre las listas de los cien mejores libros de ficción de The Guardian, The Telegraph y la BBC. Todo un clásico que no deberíamos dejar pasar la ocasión de leer.

jueves, 17 de mayo de 2012

13 mapas sobre la situación de la mujer en el mundo

.

WomanStats Maps presenta: 13 mapas sobre la situación de la mujer en el Mundo

.

En una serie de mapas de todas características, la organización explica a través de estadísticas en qué lugares del mundo existe todavía “una guerra contra la mujer”.
El proyecto WomanStats Maps, que recoge la mayor base de datos sobre la situación de la mujer a nivel de cada estado-nación, ha traducido sobre los mapas y según colores aquellos aspectos que mayor incidencia tienen sobre la vida de las mujeres del mundo empezando por la seguridad, pasando por la educación y sin dejar de lado los derechos reproductivos.
A continuación os explicamos algunas de estas revelaciones.

.

Mujeres y Seguridad Física

Una radiografía escalofriante: “en la mayor parte del planeta no existe o son muy bajos los niveles de seguridad física para las mujeres”. Ni siquiera Europa, dónde los índices de igualdad de género se presentan más altos, está libre de la violencia física para las mujeres según los datos de esta organización.


Como se puede apreciar en el mapa, las regiones dónde son más bajos los índices de seguridad para la mujer se encuentran en África Oriental, Asia Central, y el Sudeste Asiático.

.

Preferencia del varón y ratio por sexo

Para muchos ya son conocidas las preferencias sociales respecto al hijo varón que se suceden en muchos lugares del mundo. Tanto es así, que en lugares como India y China se ha llegado a extender de forma alarmante el “aborto selectivo” llegándose incluso a convertir en un problema demográfico.


Sin embargo, cabe destacar que, tal y como lo refleja el mapa, la preferencia del hijo varón es un factor que se repite en todos los continentes, y cobra especial relevancia en algunos países europeos como España.

.

La Trata de Mujeres

A pesar de los esfuerzos que muchas organizaciones gubernamentales y no gubernamentales han llevado a cabo a fin de frenar esta problemática, el número de mujeres afectadas por el tráfico de mujeres no ha cesado de aumentar.


Aquellas regiones del mundo donde, a pesar de las leyes impuestas, el tráfico de mujeres es más alto corresponden de nuevo a África Oriental y Asia Central. Sin embargo, tal y como puede preciarse en la imagen, la Trata es un problema generalizado y muy peligroso.

  .

Índice de mortalidad en el parto

África, seguida por el Sudeste Asiático siguen siendo los continentes por excelencia en índices de mortalidad materna. Más de 300 muertes de mujeres por cada 100.000 nacimientos es la turbadora cifra que reflejan las últimas estadísticas realizadas sobre esta deficiencia fatal.
De hecho la mortalidad materna está considerada la mayor causa de muerte entre mujeres en edad fértil en los países coloniales y semicoloniales. La mayoría, plenamente evitable y directamente relacionada con las condiciones de vida y el acceso a la información y los recursos. De hecho, la pobreza es un factor determinante para la supervivencia de una mujer en el embarazo.

 

.

Nivel de educación según el género

África, Asia Central y el Sudeste Asiático son de nuevo las regiones que destacan negativamente en este aspecto. Siendo así que en muchos de los países que conforman estas áreas existen normas culturales y legales que restringen o limitan el acceso de las niñas a la educación con el resultado de analfabetismo femenino mucho más alto que el masculino. Tal y como ver en este mapa, no sólo en las regiones nombradas sino también el otras regiones de Asia y América Latina, se observan diferencias educativas por género que pueden llegar a superar el 10%. Siendo esta diferencia aún mayor (más del 20%), en las regiones resaltadas.

  .

Participación Gubernamental de la Mujer

En este mapa las cifras hablan por sí solas. En gran parte de África, Asia y América Latina, la representación en los gobiernos de la mujer es  extremadamente limitada: menos del 10% del parlamento está formado por mujeres. Y ésta es una dinámica que afecta como se observa en el mapa principalmente a países subdesarrollados y en vías de desarrollo, pero también a países desarrollados (ej. Japón).

  -

Prevalencia de la Mutilación/ablación genital femenina

La ablación o mutilación genital femenina comprende una serie de prácticas consistentes en la extirpación total o parcial de los genitales externos de las niñas. Entre otras consecuencias, las niñas mutiladas padecerán durante toda su vida problemas de salud irreversibles. Se calcula que 70 millones de niñas y mujeres actualmente en vida han sido sometidas a la mutilación/ablación genital femenina en África y Yemen. Además, las cifras están aumentando en Europa, Australia, Canadá y los Estados Unidos, principalmente entre los inmigrantes procedentes de África y Asia sudoccidental, tal y como se puede observar en el mapa.

  -

La Práctica de las Novias-Niñas

Las novias niñas no son exclusivas de un solo país, religión o idioma. A pesar de que el matrimonio infantil es ilegal en la mayoría de las naciones, es una tradición mucho más antigua que las leyes que intentan evitarlo.


De nuevo observamos que las regiones donde más se lleva a cabo esta práctica corresponden justo a aquellas dónde menor protección legal y social existe para la mujer: África, Asia Central y el Sudeste Asiático.
13 Mapas sobre la situación de la mujer en el Mundo que nos hacen un poco más conscientes de todo el trabajo que queda por hacer en nuestro planeta para conseguir una vida digna para todas las mujeres que lo pueblan.

domingo, 13 de mayo de 2012

Mi padre es un tirano

Oscar Wilde escribió: “De pequeños, los hijos quieren a sus padres; de mayores, los juzgan, rara vez los perdonan”. Como todos los aforismos, este admite salvedades y matices; hay hijos que no quieren a sus padres, los hay que nunca los juzgan. Para bien o para mal, la familia nos determina desde el primer día que asomamos al mundo nuestra cabecita. Nuestros padres configuran nuestra identidad: nos dan el nombre y los apellidos, que nos señalan como hijos suyos. En el imaginario colectivo, los hijos pertenecen a los padres, son una extensión suya. En la Biblia, Dios ordena a Abraham que le sacrifique a su hijo Isaac, y solo una vez ha comprobado que Abraham le obedece, manda a un ángel para que impida el sacrificio. Ese es el término empleado: sacrificio, no ejecución, ni asesinato, ni, en terminología jurídica moderna, parricidio. Abraham al matar a su hijo se sacrifica; ofrece a Dios algo suyo. Ninguna divinidad ha exigido nunca a un hijo que le demuestre su fidelidad sacrificándole a su padre. Los padres no pertenecen a los hijos. Quizá por ello los descendientes heredan la culpa, y no al revés.
¿Qué sucede cuando las leyes del Estado las dicta tu padre? ¿Cuando lo que está bien y lo que está mal, no solo en el seno familiar, sino en todo el país, lo determina su voluntad o su capricho? Cuando tu padre es lo más parecido a una divinidad de carne y hueso que conoces; cuando su efigie adorna los billetes, cuando las calles llevan su nombre… Y de pronto llega un día en que el mundo que conoces sufre un vuelco y tu padre, que era un héroe, se convierte en el enemigo público número uno y los medios de comunicación denuncian sus crímenes. ¿Cómo es la vida de la hija de un tirano? ¿Se hereda la culpa? ¿Juzgan a sus padres? Y si lo hacen, ¿los absuelven o los condenan?
La conclusión a la que he llegado tras analizar las biografías de las hijas de cinco tiranos, o dictadores, o genocidas, Svetlana Stalina, Carmen Franco, Alina Fernández (hija de Fidel Castro), Gudrun Himmler y Ana Mladic, es que, como era previsible, no hay una norma o un patrón general: unas buscan sacudirse la pesada carga del apellido paterno cambiándoselo y huyendo a otro país; otras, por el contrario, se enorgullecen de su filiación y reivindican con fanatismo la figura del padre, cuyos crímenes niegan; la quinta y última, Ana Mladic, tiene una reacción trágica e imprevisible. Unas se presentan como víctimas, otras eligen ser cómplices; de lo que no cabe duda es de que su trayectoria personal, su identidad, lo que hacen o dicen, quiénes son y cómo las ven los demás, viene determinado por su apellido y que ninguna de ellas ha logrado evadirse de la ominosa sombra paterna.
,
I. Svetlana
Svetlana Alilúyeva, nacida Svetlana Stalina, fue la única hija de Iósif Stalin. Nació en Rusia el 28 de febrero de 1926. Murió en Wisconsin el 22 de noviembre de 2011 bajo el nombre de Lana Peters.
Según contó en un libro autobiográfico, Veinte cartas a un amigo, tuvo una infancia privilegiada, de princesa comunista: la educó una institutriz y su padre la adoraba. La llamaba “mi pequeño gorrión”, le regalaba juguetes fuera del alcance de otros niños rusos, solía cogerla en brazos, besarla, acariciarla… Hay fotos que inmortalizan esos recuerdos; en una de ellas se ve a Svetlana, una niña de unos diez años, en brazos de un mostachudo Stalin, de uniforme y con gorra de plato. Su madre, Nadya, era más distante con ella, menos cariñosa. En noviembre de 1932, los jerifaltes comunistas celebraron un banquete en conmemoración del decimoquinto aniversario de la revolución. Stalin exigió en público a su mujer que bebiera alcohol; Nadya se negó. Su marido insistió hasta que Nadya se levantó de la silla, salió corriendo de la sala y regresó a su apartamento en el Kremlin, donde se pegó un tiro. A la pequeña Svetlana le dijeron que su madre había muerto de apendicitis. Circularon rumores que atribuían la muerte de Nadya al propio Stalin. Svetlana desmiente esa acusación; su madre se suicidó y dejó una carta dirigida a su marido llena de reproches y acusaciones, no solo personales, sino también políticas.
Los siguientes diez años de la vida de Svetlana transcurrieron sin mayores sobresaltos, en un mundo de privilegios y envuelta en el cariño de su padre, quien no era igual de tierno con sus otros hijos. Svetlana tenía un medio hermano, Yakov, que intentó suicidarse, sin conseguirlo, provocando el comentario de su padre: “Es tan inútil que ni matarse sabe”. Durante la II Guerra Mundial, Yakov cayó prisionero de los alemanes, quienes exigieron a Stalin la entrega de un general alemán a cambio de su liberación. Stalin rechazó el trueque y el ejército alemán ejecutó a su hijo.
Al cumplir Svetlana los 17 años, las relaciones con su padre cambiaron. Fue cuando descubrió que su madre no había muerto de enfermedad y fue testigo del maltrato de sus dos hermanos por su padre: a uno lo dejó morir; al otro, Vassily, lo humilló y acosó de tal modo que se volvió alcohólico. Svetlana inició un romance con un joven realizador de cine judío. Su padre, antisemita, montó en cólera al enterarse, la abofeteó y acusó al joven de ser un espía inglés, deportándolo a Siberia. Svetlana desafió a su padre casándose a continuación con otro hombre judío, a quien Stalin nunca quiso conocer y del cual Svetlana se divorció tras dar a luz un niño.
Su segundo matrimonio fue de conveniencia: por indicación de su padre se casó con el hijo de un alto cargo del partido, con el que tuvo una hija y de quien también se divorciaría. Tras la muerte de Stalin en 1953, Svetlana dejó de ser una princesa comunista. Jruschov denunció públicamente los crímenes de su padre y ella fue despojada de sus prerrogativas. Su apellido ya no le abría todas las puertas, al contrario: era el del déspota caído en desgracia, al que todos odiaban. Quizá por eso, en 1957 adoptó de forma legal el apellido de su madre, Alilúyeva. En 1963 se enamoró de un comunista indio que visitaba Moscú, Brajesh Singh. No llegaron a casarse, el Gobierno no se lo permitió, aunque ella siempre se refería a él como a su marido. Singh murió enfermo en Moscú en 1966 y Svetlana obtuvo permiso para viajar a India con las cenizas de su marido. En ese viaje, la vida de Svetlana dio un giro: para escándalo del Gobierno soviético y regocijo del norteamericano, pidió asilo político en la Embajada de Estados Unidos en Nueva Delhi. Llegó a Nueva York en abril de 1967 y en una multitudinaria conferencia de prensa tildó a su padre de déspota y de monstruo y afirmó que huía a Estados Unidos en busca de la libertad de que estaba privada en Rusia, donde imperaba un régimen corrupto. Dejó en Rusia a sus dos hijos. En Estados Unidos escribió el libro autobiográfico que he mencionado, por el que cobró medio millón de dólares y en el que, reconociendo las atrocidades cometidas por su padre, atenuaba la culpa de este atribuyendo sus desmanes a un trastorno paranoico que se le habría declarado tras el suicidio de su mujer y a la influencia de su insidioso jefe de policía, el taimado Beria. En 1970 se casó con el arquitecto William Wesley Peters, discípulo de Frank Lloyd Wright. Actuó como celestina Olgivanna, la viuda de Wright, una mujer que creía en el espiritismo y que había llegado a la conclusión de que Svetlana era la reencarnación de su propia hija, también llamada Svetlana, quien murió en un accidente de tráfico tras su matrimonio con Peters. A Olgivanna se le metió en la cabeza casar al viudo con la reencarnación de su hija y lo consiguió. Peters fue el padre de Olga, la tercera hija de Svetlana. Ese matrimonio tampoco duró. Svetlana se fue a vivir a Inglaterra con Olga, y en 1984, en otro viraje sorprendente, volvió a la Unión Soviética, donde fue recibida como una hija pródiga y donde no se cansó de condenar “los sufrimientos y miserias” del mundo occidental.
Su regreso coincidió, y no por casualidad, con la rehabilitación oficial de la figura de Stalin; Svetlana, que tanto lo había criticado en América, le dedicó todo tipo de elogios e inauguró un museo en su honor. Volvió a ver a su hijo Yosef; su hija Ekaterina no quiso encontrarse con ella. El idilio ruso duró poco; su hijo y ella se pelearon, el Gobierno la trató bien, aunque no tanto como esperaba, y en 1986 regresó a Estados Unidos, donde llevó una vida solitaria bajo la identidad de Lana Peters. Allí murió hace unos meses en una residencia de la tercera edad. ¿Era Svetlana Stalin una oportunista que solo dejó la URSS tras la muerte de su padre y su caída en desgracia? ¿Lo habría criticado públicamente en otro caso? Es difícil saber.
Lo cierto es que fue una mujer inestable que no encontró el equilibrio ni la paz en ningún sitio y que su vida estuvo marcada de principio a fin por su filiación. “La sombra de mi padre me envuelve haga lo que haga o diga lo que diga”, se quejó. Puede que fuera eso lo que intentara, inútilmente: escapar de la sombra del padre, del peso del apellido, del estigma o la mancha de ser la hija del tirano, de una culpa heredada de la que no consiguió librarse.
,
II. Carmen
Debe de ser muy extraño criarte en un país en el que las calles principales de todas las poblaciones llevan el nombre de tu padre, su foto preside las oficinas administrativas, los despachos oficiales, las aulas escolares, los hospitales; estatuas suyas a caballo o en pose marcial adornan las plazas, y los sacerdotes ruegan por su salud y su alma en todas las misas. Es como si el país entero fuera parte del patrimonio familiar, y todos sus habitantes, súbditos de tu padre, siervos suyos.
Tu padre hace y deshace a su antojo; ordena construir una carretera o un aeropuerto, nombra y depone a los ministros del Gobierno, sus subalternos, dicta las leyes, cambia la geografía: por una decisión suya, un valle entero queda sumergido bajo un pantano… Tu padre es omnipotente: ante él tiemblan generales cubiertos de medallas y galones y cardenales purpurados. En las películas del cine, los actores van cambiando, solo hay uno permanente: tu padre, en el No-Do, donde a veces también sales tú, acompañando a mamá, las dos con los brazos cargados de flores. Te acostumbras desde que tienes razón a ver a tu papá rodeado de cortesanos que le rinden tributo y le lisonjean. Si has de dar crédito a tus ojos, es un hombre muy querido. Lo llaman salvador de la patria, Caudillo… Y a ti también te quieren mucho; todo el mundo te hace fiestas, se te consienten todos los caprichos, las niñas se pelean por ser tus amigas y hay un consenso unánime sobre lo guapa que eres, lo lista y lo simpática. Es como vivir en un país encantado, en un lugar de cuento, y como en los cuentos, también hay malos: los rojos, esos seres siniestros a los que tu padre derrotó en la guerra, y los judíos y los masones, los cuales están constantemente conspirando contra ese héroe, tu padre, quien con mano firme los persigue y castiga: mata a los malos o los mete en la cárcel, hace justicia y asegura la paz y la prosperidad de esta gran finca vuestra, donde sois tan amados y que se llama España.
En su familia la llamaban Nenuca y Carmencita. Fue educada por su madre, porque su padre tenía ocupaciones más importantes. Se casó con el marqués de Villaverde y tuvo siete hijos, todos nacidos en el palacio del Pardo. En el año 2008 publicó un libro titulado Franco, mi padre, en el que cuenta que su padre era muy cariñoso y extravertido y que solía cantar zarzuela, pero la guerra le cambió el talante “por el sentido de la responsabilidad”. Dijo que a su padre no le molestaba que le llamaran dictador porque a él no le parecía que eso fuera algo malo, lo cual es coherente con su forma de pensar: a Franco lo que le parecía mal era la democracia.
Según Carmen Franco, su padre hizo mucho bien: elevó el nivel de vida de España y creó la clase media, “que ahora existe y antes de él no existía”. El progreso del país, para su hija, fue mérito de su padre y no de sus habitantes. Sobre la represión política bajo la dictadura de su padre, aclara que “no se hablaba de eso en casa”, y en cuanto a la pena de muerte, su padre era partidario de la ley del Talión. También era muy monárquico, dice, y confiaba en que el rey Juan Carlos seguiría fiel a los principios del régimen, dando a entender que los franquistas, y entre ellos la hija de Franco, se han sentido traicionados.
Nuestra transición fue incruenta, por fortuna, pero hubo que pagar un precio por ello. No hubo condena oficial del régimen franquista, ni de las atrocidades y excesos del dictador; una ley de amnistía impide pedir cuentas por los crímenes de la Guerra Civil. La familia de Franco no fue empujada al exilio, ni desposeída del enorme patrimonio que el dictador acumuló durante sus años de gobierno; siguieron veraneando en el pazo de Meirás y a Carmen Franco se le otorgó el título de duquesa de Franco con grandeza de España y vive muy tranquila, salvo por algún percance, como cuando la detuvo la policía en el aeropuerto de Barajas, cargada de joyas, con destino a Suiza. Dudo que Carmen Franco sienta compunción o vergüenza alguna por lo que hizo su padre; supongo que ella considera que era un mal necesario y que, fuera como fuere, había que poner coto a los rojos. Por tanto, sospecho que, a diferencia de Svetlana Stalina, no se siente abrumada por el peso de la culpa de su padre, porque para ella este no era culpable de nada.
,
III. Alina
Alina Fernández es la única hija de Fidel Castro, que además tiene siete hijos varones. Su madre, Natalia Revuelta, pertenecía a la alta burguesía cubana de la época de Batista. Nati Revuelta era una mujer muy guapa y bastante osada, que entregó al rebelde Fidel Castro la llave de un apartamento suyo en La Habana para que este pudiera organizar desde allí sus actividades clandestinas. Nati y Fidel se hicieron amantes. En 1953, Castro fue detenido y acabó en prisión, pero siguió comunicándose con Nati en secreto.
Un día envió por error a su mujer, Myrta Díaz-Balart, una carta dirigida a su amante. El adulterio se descubrió; Myrta Díaz-Balart pidió el divorció y abandonó Cuba. En 1959, cuando la revolución triunfó, fue el doctor Fernández, el marido de Nati, quien huyó de Cuba con su hija mayor. En La Habana se quedaron Nati y Alina, la hija ilegítima y no reconocida de Fidel Castro. Según Alina, aunque Fidel siguió visitando regularmente a su madre en los primeros años de la revolución, nunca ofreció casarse con Nati, ni reconoció a su hija como tal; para Alina, Fidel Castro era un amigo muy simpático de su madre que le hacía regalos.
A los diez años se enteró de que Fidel Castro era su verdadero padre. En su libro autobiográfico La hija de Castro: Memorias del exilio de Cuba, escribió que reaccionó pidiendo a su madre que llamara a Fidel Castro. “Dile que venga ahora mismo. ¡Tengo tantas cosas que decirle!”, y Nati le contestó que no podía hacerlo porque no sabía cómo localizarlo. Sea verdad o mentira, esta es la historia que cuenta Alina. Escribe en su relato que su padre acabó por reconocerla y le ofreció su apellido, pero ella no lo aceptó, la oferta llegó demasiado tarde. Sus detractores sostienen que durante su adolescencia y juventud, Alina gozó de los privilegios propios de los hijos de los altos cargos del partido comunista: tenía coche, chófer, fue aceptada en el equipo de natación sincronizada y en la escuela de ballet sin ningún requisito previo, le bastaba con pedir un trabajo para conseguirlo…
Ella afirma que su vida no fue fácil; solo una vez visitó en su casa a Fidel Castro, sus contactos con él eran esporádicos y vivía como cualquier otro cubano “en un país sin comida, ni electricidad, ni libertad de opinión o movimientos”. Ser hija de Fidel, protesta, suponía vivir bajo vigilancia permanente. “No puedo poner una pata en la calle sin que me hagan un informito. Si voy a un cabaret, intimidan a la gente que me invita. No puedo entrar dos veces a una embajada, está prohibido que me monte en un avión. No encuentro trabajo si alguien no lo autoriza. Si me ves con una amiga, se convierte en tu amante. Soy una isla dentro de esta dichosa isla. ‘¿Quieres que acabe por pegarme un tiro?”, le preguntó una desesperada Alina al ministro del Interior cuando intentaba conseguir la autorización de Fidel para casarse, según recoge su autobiografía. Lo cierto es que pese a su carácter rebelde, su apoyo a la disidencia y sus críticas constantes al Gobierno de su padre, no fue perseguida ni encarcelada: es obvio que sí tenía privilegios, por lo menos este. Su padre quería que estudiara Químicas; ella emprendió, y no terminó, estudios de medicina, fue modelo, editora y prostituta (“jinetera”), o eso afirma, para poder dar de comer a su hija. “Ser hija de Fidel Castro no es fácil, ni en Cuba ni fuera”, se lamenta. “Cuando la gente me ve, se acuerda de su verdugo. Cuando me encuentro con sus víctimas, no puedo evitar angustiarme, sentir culpa”.
Se casó con un mexicano y pidió permiso para viajar a México; le fue denegado. En 1993, haciéndose pasar por una turista española, con un pasaporte falso y una peluca, escapó de Cuba y se instaló en Miami, sede del exilio cubano. Como Svetlana Stalin, huyó sola, dejando atrás una hija, Mumin, aunque poco después Castro permitió que saliera del país para reunirse con su madre.
Alina Fernández ha dedicado su vida en el exilio a criticar a su padre y su régimen político. Dice de Fidel que en un principio fue un revolucionario, empeñado en lograr la justicia social, pero que cuando accedió al poder y empezó a fusilar gente, el revolucionario se tornó en déspota. Ella se presenta como otra víctima más de Fidel Castro. Puede que influya en su reacción el ser hija ilegítima y no querida, tal vez haya un fondo de resentimiento en su postura. Al igual que Svetlana Stalin, tiene un carácter inestable, con bruscos cambios de humor. Ha tenido problemas de anorexia, dicen de ella que es imprevisible y caprichosa. Niega haber sido nunca una hija de papá y se considera una disidente como cualquier otra. “Nuestros padres son un accidente genético, no los escogimos”, alega, y lleva razón, pero es y será hasta que muera la hija de Fidel, el héroe para algunos, el tirano para otros; como Svetlana Stalina, haga lo que haga, diga lo que diga, no podrá escapar de su sombra.
.
IV. Gudrun
La culpa heredada puede ser colectiva. En la Alemania de la posguerra, una generación de niños creció sabiendo que sus padres habían sido nazis. Para escribir su libro Nacido culpable, Peter Sichrovsky entrevistó a 40 descendientes de nazis. La mayoría de ellos confesaron que una cosa es condenar los asesinatos, las torturas, las vejaciones cometidas por los nazis, y otra, enterarte de que tu padre fue uno de ellos. En muchos casos lo descubrieron tarde y a través de terceras personas, en sus familias había un pacto de silencio.
Las reacciones de los hijos de los nazis oscilaban del odio y el rechazo a la vergüenza callada, la distancia, el disgusto o la lealtad. Ninguno hablaba de amor al referirse a su padre. Peter Sichrovsky estaba empeñado en que esos hijos se atrevieran a preguntar a sus padres: “¿por qué lo hiciste?”, y esa, quizá, es la pregunta que no querían o no podían hacer, por temor a la respuesta: “Porque para mí estaba bien, no me arrepiento de nada; lo volvería a hacer”.
No me arrepiento de nada es precisamente el título de una biografía de Rudolph Hess publicada por su hijo, Wolf-Rüdiger Hess, negador del Holocausto y quien sostiene que su padre no murió de forma natural en la cárcel, sino que fue asesinado. Niklas Frank, uno de los dos hijos de Hans Frank, el gobernador nazi de Polonia, contó a la revista alemana Stern que el día que ahorcaron a su padre tras el juicio de Núremberg se masturbó sobre una foto de aquel hombre a quien calificaba de cobarde, corrupto, ansioso de poder, cruel y asesino, “el hombre que hizo posible Auschwitz”.
Niklas Frank dedicó gran parte de su vida a publicar libros y artículos contra su padre. Su hermano Norman declaró en 1959 que su progenitor era culpable sin paliativos. “Cometió crímenes terribles y pagó por ello con su vida”. Norman no ha querido tener hijos propios para no propagar la simiente maldita, para extinguir ese apellido infame.
Martin Bormann, el hijo del lugarteniente de Hitler, se aplicó a la misión de investigar la vida de su padre, con un objetivo: averiguar si aquel tenía conocimiento del Holocausto y los crímenes perpetrados por el régimen al que sirvió o si era inocente. Llegó a la conclusión de que su padre lo sabía todo; su firma estaba al pie de demasiados documentos y órdenes importantes. Sin embargo, lleva siempre en su bolsillo una vieja postal que su padre le mandó en 1943 en la que le llamaba “hijo de mi corazón”. Se disculpa diciendo: “Entienda usted que esa es la imagen que yo tengo como hijo y no me la pueden quitar”.
Dentro de la jerarquía de los criminales nazis, tras Hitler, quizá el que más horror o espanto provoca es Heinrich Himmler, el jefe de las temibles SS, quien dirigió, como ministro del Interior, a la policía secreta de la Gestapo y fue el impulsor, organizador y responsable del programa de exterminio de los judíos, a los que odiaba. Himmler se enorgullecía de sus SS, en sus palabras “una Organización Nacional Socialista integrada por hombres escogidos por sus características nórdicas y unidos por un juramento de sangre… Con el coraje de ser impopulares… Con el valor de ser duros e insensibles…”. En esa alocución de octubre de 1943, Himmler explicó a sus generales de las SS que “el pueblo judío está siendo exterminado… Muchos de vosotros sabréis lo que es contemplar una montaña de 100, 500 o 1.000 cadáveres… Esta es una página gloriosa de nuestra historia”.
Los judíos, según Himmler, aunque física y biológicamente idénticos a los demás seres humanos, eran mental y espiritualmente inferiores, menos que animales: subhumanos. Himmler era un fanático, un tipo gris, frío, metódico, tremendamente eficaz, obsesionado con medrar y complacer al Führer, pero era también un padre cariñoso que idolatraba a su única hija, Gudrun, una niña rubia de aspecto angelical a quien llamaba Puppi (muñeca). En una fotografía muy difundida se ve a Heinrich Himmler ataviado con el uniforme negro de las SS, en la manga izquierda un brazalete con la esvástica, sosteniendo en sus rodillas a la pequeña Gudrun, y hay un gran contraste entre ese hombre de perfil ratonil, con nariz afilada, gafas redondas, bigotito fascista, mejillas fofas y barbilla huidiza y esa niña guapa, de trenzas rubias, piel transparente y rasgos delicados, la perfecta aria. Gudrun adoraba a su padre; solía entretenerse recortando las fotos de Himmler que aparecían en la prensa y pegándolas en un álbum.
Al final de la guerra, Himmler fue capturado por los ingleses y se suicidó antes de ser juzgado, como su venerado Hitler. Gudrun y su madre fueron detenidas en Italia por los americanos, quienes las recluyeron en un campo de prisioneros, donde Gudrun dio muestras de su obstinación y su carácter. En el libro My Father’s Keeper (en español, Tú llevas mi nombre), de Stephan y Norbert Lebert, sobre las vidas de seis hijos de gerifaltes nazis, se recoge una anécdota muy ilustrativa: a Gudrun no le gustaba el rancho que les daban los americanos e inició una huelga de hambre. Se puso enferma, perdió peso de forma alarmante, pero consiguió su propósito: al cabo de unas semanas, ella y su madre fueron las únicas prisioneras que tenían el privilegio de comer lo mismo que los oficiales norteamericanos. Gudrun y su madre pasaron dos años en sucesivos campos de concentración; las llevaron a Núremberg, en calidad de testigos. A Gudrun le preguntaron si alguna vez había ido a un campo de concentración.
–Una vez fui a Dachau –respondió.
¿Con tu padre?
–Sí.
–¿Y qué viste allí?
–Mi padre me mostró un jardín plantado con hierbas y me enseñó a diferenciar unas de otras –dijo Gudrun.
–Ya veo… ¿Quieres darme a entender que no viste a ningún prisionero?
–Vi algunos prisioneros… –admitió Gudrun.
–¿Y qué te explicó tu padre sobre ellos?
–Me dijo que los que llevaban un triángulo rojo eran presos políticos, y los otros, criminales.
No le pudieron sacar nada más. Gudrun se enteró de la muerte de su padre por casualidad, sus captores se la habían ocultado, pero un día un periodista americano fue a entrevistar a la mujer de Himmler en su celda y Gudrun aprovechó para hacerle aquella pregunta que nadie le respondía:
–¿Dónde está mi padre?
–Muerto –respondió el periodista–. Se envenenó con cianuro hace algún tiempo.
Gudrun, que ya había cumplido los quince años, sufrió un colapso físico y mental. Era una chica pálida, enfermiza, extremadamente delgada, propensa a los desmayos y poco desarrollada; a los dieciséis años la tomaban por una niña de doce. Siempre ha negado el suicidio de su padre y afirma que fue asesinado. Los americanos no sabían cómo sacarse de encima a la viuda y la hija del gerifalte nazi. Estas les confesaron que no tenían familia, ni conocidos, ni nadie a quien acudir. Estaban solas en el mundo y tenían un apellido maldito. Los americanos les aconsejaron que se lo cambiaran, pero Gudrun se resistió; mantuvo el apellido Himmler, y cuando le preguntaban sobre la ocupación de su padre, contestaba: “Era el jefe de las SS”.
Tuvo problemas para ser admitida en la escuela y en la universidad y perdió varios trabajos debido a su apellido, pero se negó en redondo a modificarlo; por voluntad propia se convirtió en una especie de mártir del nazismo. Con el tiempo se casó y pasó a llamarse Gudrun Burwitz. Tuvo varios hijos y fue una típica madre de familia alemana, con un hobby muy especial: Gudrun Burwitz es el alma de una organización de apoyo a los exmiembros del régimen nazi denominada Stille Hilfe (ayuda tranquila), que les presta ayuda financiera, médica y legal, tanto en Alemania como en otros países donde buscaron refugio los nazis prófugos. Stille Hilfe nació en 1951 como una organización humanitaria, promovida por la aristocracia nazi, la Iglesia católica y la protestante, que contó con el beneplácito del papa Pío XII, de un obispo y del sacerdote responsable de Cáritas de Alemania. Dispone de amplios recursos y más de un millar de benefactores. Gudrun Burwitz es asidua a los mítines neonazis y ha consagrado su vida a rehabilitar la figura de su padre y a glorificar su memoria. Es una nazi convencida; para ella, su padre no fue culpable, sino víctima. Al parecer, tiene mal carácter, es una mujer áspera, desabrida y terca que ha hecho de su vida una cruzada: Gudrun Himmler contra el mundo.
.
V. Ana
Hace seis años leí en el periódico inglés The Times una historia que me impresionó sobre una joven serbia, de 23 años, atractiva, simpática y muy estudiosa, que cursaba el último curso de Medicina en la Universidad de Belgrado, quizá para cumplir la vocación frustrada de su padre, quien la quería con locura. Era una hija modelo y se llamaba Ana; su padre es Ratko Mladic, también conocido como el Carnicero de Srebrenica, comandante en jefe del Ejército serbobosnio, el Himmler de Karadzic, a quien se imputan, entre otros crímenes de guerra, el prolongado asedio de Sarajevo y la matanza de 8.000 musulmanes en Srebrenica, la mayor masacre en suelo europeo desde la II Guerra Mundial.
A principios de marzo de 1994, en plena guerra de Bosnia, Ana fue a Moscú con compañeros de curso en viaje de fin de carrera. A su regreso era otra: se quejaba de un incesante dolor de cabeza, de no poder concentrarse en el estudio de los exámenes finales, estaba triste, abatida, apenas hablaba… La noche del 24 de marzo de 1994, Ana se disparó un tiro en la sien con la pistola favorita de su padre, quien se hallaba en el frente. Esa pistola tenía un significado especial en la familia: era la que regalaron sus compañeros al general cuando se graduó como el mejor cadete de su promoción en la academia militar de Belgrado. Mladic había dicho que solo la dispararía para celebrar el nacimiento del primer nieto que llevara su apellido. En la casa había otras dos pistolas. ¿Por qué eligió aquella Ana? La hija de Mladic no dejó ninguna nota que explicara sus motivos. Tras su muerte se dispararon los rumores: se decía que Ana había descubierto en Moscú las atrocidades perpetradas por su padre y que esa revelación la empujó al suicidio. Mladic sigue sin aceptar que su hija se quitara la vida; sostiene que fue asesinada o que alguien en Moscú le inoculó un veneno que le trastornó la mente. “Mi hija nunca se mataría con esa pistola”, afirma. “Sabía lo que significaba para mí”.
Si con su gesto Ana mandó a su padre un mensaje cifrado que buscaba hacerle recapacitar, no lo consiguió: tras la muerte de su hija, la crueldad de Mladic se desató hasta extremos inconcebibles. Pocos días después del entierro emprendió la ofensiva de Gorazde, que bautizó con el nombre de Operación Estrella, apelativo cariñoso que daba a su hija. En julio de 1995 invadió Srebrenica; en menos de cuatro días, las fuerzas de Mladic ejecutaron a sangre fría a 8.000 varones musulmanes de entre 12 y 75 años, todos civiles, que se habían refugiado en la base militar de la ONU de Potocari. Los cadáveres fueron arrojados a fosas comunes. Diecisiete años después, un equipo internacional de forenses continúa trabajando en la apertura de las fosas y en la exhumación de los cuerpos para su identificación. Ratko Mladic permaneció fugitivo de la justicia durante 15 años; era el criminal de guerra más buscado de Europa. Poco después de su captura en Serbia, en mayo de 2011, Ratko Mladic pidió al Gobierno serbio que antes de extraditarlo a La Haya le permitieran visitar la tumba de su hija, “o si no, que me traigan su ataúd a la cárcel”, dijo. Está previsto que mañana, 14 de mayo, comience la vista oral de su juicio en La Haya.
El caso de Ana Mladic es excepcional. Las otras hijas de genocidas y tiranos que acabo de mencionar, bien han reaccionado negando los crímenes de sus progenitores, bien han procurado librarse de la culpa heredada mediante la huida y una nueva identidad. Ana Mladic se quitó la vida cuando su padre era un héroe para los que le rodeaban, cuando aún no había perdido la guerra ni había caído en desgracia. Ana era una joven nacionalista serbia que creía firmemente en la causa del general Mladic y en su visión maniquea de la contienda: nosotros somos los buenos, y ellos, los musulmanes, los malos; hay que aniquilarlos para que no acaben con el pueblo serbio. Pero algo sucedió en Moscú que resquebrajó esa certidumbre. Todo hace pensar que tuvo lugar una lucha entre el amor filial y su sentido de lo que estaba bien y lo que estaba mal: se atrevió a dudar, a enfrentarse a la verdad. He empleado tres años en investigar la vida de Ana Mladic y el conflicto bélico de los Balcanes. En mi novela La hija del Este mezclo realidad y ficción; creo que el lector advertirá cuán cercano le resulta el personaje y se dirá, como me decía yo en el curso de mi investigación: “Podría haber sucedido aquí, podríamos ser nosotros”.
 -
* Publicado por Claro Usón el elpais.com
 

jueves, 10 de mayo de 2012

¿Qué sabemos sobre la CIA?


La Agencia Central de Inteligencia (CIA, Central Intelligence Agency) fue creada en 1947 por Harry Truman, sustituyendo a la Oficina de Servicios Estratégicos (OSS) para investigar sin necesidad de autorización judicial, expedientes administrativos y fiscales y su inicial filosofía de la organización era dotar al Presidente de un segundo punto de vista elaborado por civiles, frente al aportado por los militares de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) y fue llamada en código "Campus", al proceder la mayoría de los cuadros iniciales de la Uiversidad de Yale (incluso el sistema de almacenamiento de datos fue el mismo que el de la Biblioteca de Yale).
Hasta Eisenhower, la CIA fue únicamente la organización de inteligencia central para el gobierno de los Estados Unidos y estuvo detrás de múltiples tareas de entrenamiento de insurgentes y desestabilización de gobiernos contrarios a las políticas del Pentágono, pero el looby financiero y la industria militar (ambos fagocitados por el looby judío) no pudieron resistir a la tentación de crear un gobierno de facto que manipulara los entresijos del poder, derivando en la aparición de un nuevo ente (la CIA paralela), refrectaria a la opinión pública y al control del Congreso y Senado de los Estados Unidos).
El presidente Eisenhower, un año antes del fin de su mandato, pronunció un discurso premonitorio de la posterior mutación del inicial "Campus" hasta el Gobierno en la sombra que tutela la democracia estadounidense en la actualidad y de la que son rehenes todos los Presidentes elegidos democráticamente: "En los consejos del gobierno, tenemos que estar atentos a la adquisición de una influencia ilegítima, que sea o no proyectada por el complejo militar-industrial. El riesgo del desarrollo de un poder usurpado existe y persistirá. Jamás permitiremos el peso de esta conjunción, amanazar nuestras libertades o los procesos democráticos . Nada debe considerarse como ganado. Solo una vigilancia y una consciencia ciudadana puden garantizar el equilibrio entre la influencia de la gigantesca maquinaria industrial y militar de defensa y nuestros métodos y metas pacíficas, de tal forma que la seguridad y la libertad puedan acrecentarse de concierto".
.
Los desencuentros Kennedy-CIA-FBI
Kennedy recibió de la CIA un "regalo envenenado" bajo la envoltura del proyecto de invasión de Cuba, elaborado por la CIA durante la administración de Eisenhower para derrocar al régimen de Fidel Castro y que culminó con el conocido fiasco de la invasión de la Bahía de Cochinos (abril,1961), pues el Presidente Kennedy, después de dar el visto bueno al proyecto, se echó atrás en el último momento y retiró el prometido apoyo de la aviación y la flota norteamericana, con el consiguiente descrédito de la CIA a los ojos de todo el mundo.
Su acusada inexperiencia política quedó plasmada en actos como relevar al legendario Director General de la Agencia, Allen Dulles, e intentar remodelar sus estructuras colocando al frente de la misma a gente de su confianza así como menospreciar como rival a Hoover y enfrentarse abiertamente a su poder omnímodo, intentando su sustitución al frente del FBI por Edward Kennedy, con lo que tras la nominación de Robert Kennedy como Fiscal General, la Troika Kennedy habría conseguido la entronización del reino de Camelot para varias generaciones.
Las diferencias entre Kennedy y la CIA volvieron a resurgir en octubre de 1962, durante la crisis de los misiles cubanos en la que la CIA vio la gran oportunidad para invadir la isla, pero las negociaciones entre Kruschev y Kennedy anularon el plan de la CIA que quedó herida de nuevo en su orgullo.
.
Golpe de estado virtual de la CIA con George W. Bush
Hasta el trágico y mediático atentado de las Torres Gemelas (11-S), la CIA legal languidece lentamente y sus propios agentes confirmaban, según el NY Times que les resultaba "casi imposible aportar información estratégica y eran consultados mayoritariamente para cuestiones tácticas", sin embargo, en los sótanos de la Compañía, se estaba fraguando un verdadero Golpe de Estado virtual que tendría su detonante en el impactante atentado atribuido a Al Qaeda, quedando entronizada la lucha contra el Eje del Mal (Irak, Irán y Corea del Norte) como leitmotiv de la miopía política del nefasto mandato de George W. Bush, entronizando de paso a Bin Laden como icono del Imperio del Mal.
Así, el congresista Ron Paul, caracterizado por su incontinencia verbal, dirigió a sus seguidores el siguiente mensaje: “Se ha ejecutado un golpe de estado, ¿ya supieron? Es el golpe de estado de la CIA. - La CIA es la que controla todo, hasta el ejército. Son los que están ahí metiendo misiles y bombas en los demás países… Y por supuesto la CIA es tan cerrada como la Reserva Federal… Y aún así piensen en el daño que ha hecho desde que fue creada, (después de) la Segunda Guerra Mundial. Son un gobierno en sí mismos. Están en los negocios, en el de los narcóticos, quitan dictadores.. Necesitamos sacar a la CIA”.
.
La jugada maquiávelica de la CIA
Colin Powell, Secretario de Estado, había recomendado a sus colegas en la Administración Bush evitar una guerra sin la aprobación clara de la ONU y fue utilizado por la CIA para servirse de su prestigio militar y probada honestidad. Así, en el 2004, la CIA se encarga de suministrarle "informes de inteligencia" dudosa sobre las armas de destrucción masiva en Irak para justificar la intervención militar de EEUU e invadir Irak, anzuelo que tragaron todas los aliados de EEUU que pasaron a engrosar las filas de un ejército liberador que tenía como objetivo confeso la destitución del satanizado Sadam Hussein y, como interés real, el control de los vastos recursos petrolíferos de Irak.
.
La Troika formada por Rumsfeld, Hayden y Cheney monopoliza el poder de EEUU
Poco más de un mes después del 11-S, el gobierno de George W. Bush secretamente decidió anular una de las principales protecciones constitucionales de este país bajo la justificación de su lucha contra el “terrorismo” dentro de Estados Unidos, según documentos oficiales revelados a finales de 2005 en una serie de reportajes en el New York Times – la existencia de un programa secreto de intervención de comunicaciones dentro de este país.
Según una investigación del Washington Post, desde el 2002 se estableció la Oficina de Apoyo Estratégico (SSB), que trabajó clandestinamente sin limitaciones legales y bajo las órdenes del secretario de Defensa, Ronald Rumsfeld., entre cuyas acciones estarían los sangrantes episodios de vulneración de los Derechos Humanos en Abu Ghraib y Guantánamo, y la entronización del “golpe de estado blando o virtual”, del que sería paradigma Honduras.
En junio de 2009, Leon Panetta, director de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) anuló el Programa Phoenix, un programa dirigido por Cheney para asesinar a dirigentes de al-Qaeda, iniciado en 2001 después de los ataques del 11-S y mantenido en secreto ante el Congreso de EE.UU y el Pentágono estaría meditando clausurar una unidad de contra-inteligencia creada por el Rumsfeld conocido como Talon, incluía información sobre acciones de protesta contra la guerra de ciudadanos estadunidenses, rememorando el espionaje militar de civiles que protestaban por la guerra en Vietnam.
.
El pulso Obama-CIA
Tras la significativa erosión de la imagen de EEUU en el mundo tras los sangrantes episodios de vulneración de los Derechos Humanos en Abu Ghraib y Guantánamo, una de las primeras decisiones de Obama fue firmar una orden ejecutiva para exigir el cierre de la prisión en la base naval de Guantánamo en el plazo de un año.
Sus asesores buscan ahora los mecanismos legales para finiquitar el "limbo jurídico" de Guantánamo, un espacio virtual fruto de la ingeniería jurídica del llamado "Comité de Guerra" ( nombre en clave del selecto grupo de juristas y asesores que trabajaron a las órdenes de la Troika formada por Rumsfeld, Hayden y Cheney), verdaderos detentores del Poder durante el nefasto mandato de George W. Bush, razón por la que el anunciado cierre deberá retrasarse sine die.
Además, su inexperiencia política quedó plasmada en actos temerarios, como la decisión de Obama de desclasificar documentos secretos que involucran a la CIA en técnicas de interrogatorio basadas en la tortura física y psicológica y que le habría granjeado la peligrosa enemistad de la CIA, representada en la Troika formada por Rumsfeld, Hayden y Cheney.
Sin embargo, Obama dejará que el viento del olvido cubra con su manto el vidrioso tema de la persecución de los responsables de haber legitimado la tortura, pues sus asesores le habrían advertido de las previsibles consecuencias que una acción de ese tipo podría suponer para su Presidencia (véase Magnicidio de Dallas), decisión que a pesar de suscitar una clara decepción en la organización defensora de los derechos humanos "Human Rights Watch" (HRW) y serias críticas de AI, sería apoyada por el 60% de los encuestados.
.
Órdago de Obama a la CIA
Obama (al igual que Kennedy en noviembre de 1963) estaría pensando desinfectar la CIA de los virus patógenos inoculados por los lobbies de presión (cuyo paradigma en 1963 serían los Rockefeller, al participar en los lobbies financiero, industria militar y judío).
Kennedy, consciente de las dificultades de tan ardua misión, en un discurso en la Universidad de Columbia el 14 de Noviembre, admite que "existen fuertes presiones de grupos de poder de USA para convertir el cargo de Presidente en algo meramente figurativo" y así el 21 de Noviembre de 1963, fue obligado a firmar la orden ejecutiva 11490 ,"que permite en caso de emergencia disponer al gobierno de medidas excepcionales, incluso para cualquier dictadura".
A pesar de todo, fiel a su espíritu rebelde, prosigue con su intento de reconvertir la CIA en un aparato controlable por el pòder político y poco antes de partir para Dallas, comentó a sus íntimos asesores: “Tenemos que enfrentarnos a la CIA...” y el mismo día, un emisario secreto iniciaba con Castro las primeras negociaciones para llegar a un acuerdo.
Ello suponía un claro órdago a la CIA paralela, verdadera detentora del poder en la sombra y enquistada profundamente en todos los aparatos de poder de los EEUU, por lo que sus dirigentes en la sombra, procedieron a la gestación de una trama endógena que se encargó del Golpe de Mano contra la legalidad democrática del sistema político estadounidense, que culminó con el Magnicidio de KenneDy (Dallas, 1963).
Dicho complot sería una auténtica obra de ingeniería laberíntica, que tendría como cerebros a la citada CIA paralela y como colaboradores necesarios al exilio anticastrista en Miami y sus conexiones con la Mafia y al FBI de Hoover, a Lee Harvey Oswald como cabeza de turco y ejercicio de distracción para engañar a los sabuesos, y como daño colateral el nacimiento de un sistema político tutelado por la nueva CIA, quedando desde entonces como rehenes todos lo sucesivos Presidentes electos hasta la irrupción en la escena política del díscolo Obama.
,
El Pentágono toma el mando de la CIA
Los primeros desencuentros Obama-Pentágono tuvieron lugar a finales del 2009, cuando Obama envió otros 30.000 soldados al frente afgano y, a continuación y sin consultar con la escala de mando, dictó la temeraria orden de retirada de tropas de Afganistán a partir de julio de 2011, mientras el Pentágono proseguía con la defensa de un incremento notable de tropas y la implementación de la nueva estrategia contrainsurgente del entonces todavía Comandante de la Fuerza Internacional de la Asistencia a la Seguridad de Afganistán (ISAF) , general Stanley McChrystal.
El siguiente paso en la ceremonia del desencuentro Obama-Pentágono tuvo lugar con la fulminante destitución de McChrystal tras haberse sincerado con el periodista de Rolling Stone, Michael Hastings y su sustitución por el general Petraeus, sin duda el general más reputado del ejército estadounidense.
El máximo responsable de las fuerzas internacionales en Afganistán, el general David Petraeus, sería contrario a la “estrategia de salida” de Obama, (cuya fecha de inicio sería julio de 2011) y por el contrario, sería partidario de un notable incremento de fuerzas (Estados Unidos y la OTAN tienen más de 121 mil efectivos en Afganistán, cifra que podría elevarse a 150 mil en el 2012, en el marco de una estrategia secreta del Pentágono para contrarrestar  la ofensiva de los talibanes e instalar bases militares permanentes en territorio afgano.
.
Obama claudica ante la CIA
Obama se habría visto obligado a dar el visto bueno al Programa Phoenix (un programa dirigido por Cheney para asesinar a dirigentes de Al Qaeda, iniciado en 2001 después de los ataques del 11-S y mantenido en secreto ante el Congreso de EE.UU), con el éxito medíatico de la muerte de Bin Laden a manos de un comando de élite.
Además, el director de la CIA, Leon Panetta, se convertirá en el nuevo secretario de Defensa de Estados Unidos (reemplazando al secretario de Defensa, Robert Gates, quien dejará su puesto el 30 de junio) y Obama se habrá visto obligado a nombrar a su comandante de la guerra en Afganistán, el general David Petraeus, para suceder a Panetta al frente de la Agencia Central de Inteligencia (CIA), pues dicha reestructura se produce en un momento crucial para reconducir el enfoque del Gobierno de Obama respecto a la guerra en Afganistán, supeditándolo a los intereses del Pentágono.
Así, la CIA contaría ya con informes que confirmarían el inicio de la ayuda militar rusa (asesores militares, logística e información de los satélites- espías) a las milicias talibanes de Afganistán en su lucha contra las fuerzas de la ISAF allí desplegadas, con el objetivo de alargar el conflicto y, aliado con la falta de liquidez monetaria de los aliados europeos, lograr su gradual retirada de Afganistán antes del 2012 dejando en soledad a EEUU.
Convendría recordar que cuando irrumpieron en el tablero afgano los talibán (milicia ultraintegrista procedente de las madrazas deobandis del norte de Pakistán), el Presidente Karzai dispuso lo necesario para facilitarles el control de las ciudades en las regiones de influencia popalzai, ya que pese a su fanatismo religioso los consideraba como una milicia de hombres virtuosos que buscaban pacificar un país sumido en los desmanes de los numerosos señores de la guerra, por lo que la CIA habría iniciado la búsqueda de un sustituto a Karzai, al no gozar ya de su confianza.
Tras una operación de propaganda, Karzai sería acusado del inicio de conversaciones secretas que tendrían como mediador a su hermano Ahmed Wali para la gestación de un Gobierno de Coalición islamista entre pastunes y talibanes (con el objetivo de conseguir en unas elecciones anticipadas la legitimación democrática en las urnas en el horizonte del 2011 y proceder a la creación de la República Islámica de Afganistán), lo que exigiría la retirada de las tropas de EEUU y la consecuente pérdida de presencia en un país considerado por el alto mando de EEUU como "pieza geoestratégica vital" en el rompecabezas del Oriente Medio. Para evitar una peligrosa “vietnamización del conflicto”, Obama firmó en 2011 la orden de retirada progresiva de tropas de Afganistán, decisión que difícilmente será compartida por su vicepresidente Biden ni por el Pentágono y que, sin duda, será aprovechada por la CIA para reorientar la situación mediante métodos expeditivos, y lograr que EEUU vuelva a la sendas de la democracias tuteladas por la Compañía, por lo que no sería descartable la gestación de una trama endógena que podría terminar por reeditar el Magnicidio de Texas (Kennedy, 1963).


lunes, 7 de mayo de 2012

Orson Welles imaginó el 11-S

Orson Welles imaginó en 1982 en París, tres años antes de morir, el acto de "un terrorista que hiciera volar Nueva York", en una conversación filmada por el cineasta francés Jacques Grand Juan, quien decidió incluirla en la película que rodo en 2005 en la isla griega de Tinos.
Grand Juan, considerado una de las promesas del cine francés a principios de los 80, dijo durante el rodaje que registró las confidencias del gran maestro del séptimo arte durante 15 minutos en marzo de 1982 en un restaurante del parisino parque Bois de Boulogne.
El cineasta incluirá la totalidad de esta secuencia, inédita hasta ahora, en la película Lucifer et moi  rodada en Tinos, en el mar Egeo, con los actores Jean Francois Balmer y Pierre Etaix, y el actor y director húngaro Laszlo Szabo.
"El enemigo es la capacidad de destrucción atómica, que puede aparecer por la puerta trasera de los pequeños países que la tienen, como Pakistán, Israel o quizás Sudáfrica. Podría ser un terrorista que hiciera volar Nueva York... y entonces habría una reacción en cadena. Pero es mi opinión", dijo Welles, según un guión confiado por Grand Juan.
Estas palabras del director que aterrorizó a Estados Unidos el 30 de octubre de 1938 con su adaptación radial hiperrealista de La guerra de los mundos, de H.G. Wells, prefiguran curiosamente los atentados del 11 de septiembre de 2001, en Nueva York y la subsiguiente "reacción en cadena".
Grand Jaun se dio a conocer en 1979 por su primer largometraje, Rue du pied de grue, con el actor fránces Philippe Noiret.
Fortalecido por su éxito, realizó Pantheón, para el que pidió a Welles que hiciera un papel que éste rechazó. El director francés le propuso que viajara a París a dar explicaciones ante la cámara, a lo que accedió. Pero la pélícula nunca se acabó y la secuencia fue olvidada.


1984

"1984" de George Orwell es una novela difícil de clasificar por varios motivos, su temática, su visión pesimista de la propia historia que cuenta, su anticipada lectura de muchos de los "síntomas" que presentan muchos de los sistemas y gobernantes de nuestra sociedad actual..
Esta novela, que fue escrita en 1948, nos presenta una visión futurista del mundo y en especial de Inglaterra, un mundo en donde han dejado de existir los actuales continentes y ahora estos son denominados Oceanía, Eurasia y Asia Oriental.
El protagonista, Winston Smith, es un trabajador del partido interior que trabaja falsificando y manipulando cualquier noticia que apuntase a un pasado diferente de el que entonces viven. En él existen cuatro ministerios, el de la Verdad, que es en el que trabaja el protagonista, el del Amor, el de la Paz y el de la Abundancia.
El ministerio de la Verdad se dedica a falsificar, cambiar y manipular cualquier libro, noticia impresa, canción o programa que delate que el mundo nunca fue como es en ese momento. El de la Paz se dedica a informar de las guerras cuando las hay y a inventarlas cuando no las hay, a fabricar armas y a destruirlas para que se fabriquen otras. El del amor se dedica al control de las relaciones de la población y de mantener la ley y el orden, con torturas y detenciones y desapariciones selectivas y el de la Abundancia a la economía y a el racionamiento de los alimentos de la población.
Antes de entrar de lleno a comentar la propia novela, creo que es muy interesante recalcar las semejanzas, similitudes y casualidades que presentan las propias situaciones de la novela así como sus personajes con muchos aspectos históricos o personajes reales.
En líneas generales "1984" esconde criticas y denuncias de muchas de las prácticas realizadas por la URRS y la Alemania nazi. El INGSOC o la ideología totalitaria y extrema en la que transcurre la novela es una ridiculización de Socialismo Inglés. El personaje de Winston Smith se dedica a rescribir el pasado, una practica más que habitual en algunos periodos oscuros de la Union Sovetica.
El Gran Hermano o el jefe supremo del sistema es una copia incluso en los detalles físicos de la figura de Stalin. Emmanuel Goldstein está inspirado en la figura y obra de Trosky. El minuto de odio que tanta fuerza da a la novela está inspirado en la persecución y el odio al Troskysmo.
Winston se nos presenta como uno más de esta sociedad nueva sometida y manipulada. Pero en realidad no lo és, Winston tiene recuerdos, o cree tenerlos, tiene momentos de escepticismo, incluso de desconfianza, de su trabajo, de la figura del Gran Hermano, del partido…
Pero el vive en un mundo vigilado y sometido, sin libertad de acción, sin poder expresar sus sentimientos, su afectividad, las relaciones no existen y todos y cada uno de los movimientos de cada individuo son controlados por unas tele pantallas que lo ven y lo escuchan todo.
Una vez al día todos son sometidos al minuto del odio, donde frente a unas pantallas tienen que hacer un ejercicio de mostrar su odio, sus ansias de venganza, su carácter bélico frente a imágenes de Goldstein, el enemigo publico del pueblo y jefe de la resistencia. Winston en canvio sabe que él no es como los demás, asiste al minuto diario de odio, pero odia hacerlo, tiene repulsión del mundo en el que vive, pero no puede expresarlo.
Un día conoce a Julia, una joven militante de la liga Anti Sex, una liga formada por el Ministerio del Amor para guardar el orden y el decoro. Julia resulta ser como él, perdido, sin rumbo, intentando subsistir en un mundo en lo que lo único que pueden hacer es mentirse. 
Pero es muy difícil seguir creyendo que las cosas fueron diferentes y lo pueden ser con el constante bombardeo al que están sometidos, himnos militares por la tele, toda la información de los libros, bibliotecas, periódicos, todo absolutamente todo cambiado según el criterio de el partido, eso por no hablar de los espías, que vigilan los pasos de cada individuo, muchas veces estos espías son los propios niños que se les enseña desde pequeños. Al final muchos de ellos acaban delatando y denunciando a sus propios padres.
Winston y Julia comenzarán una secreta y extraña relación clandestina en una habitación que alquilaran en un barrio de PROLES, la población obrera, pobre, sin educación, de la que simplemente no se ocupa el sistema. Y no tiene por que ocuparse de ella por que la gente apenas tiene dudas por que ni les dejan ni han conocido nunca otra cosa, por eso a los proles se les permite juegos como la lotería o la música popular totalmente controlada por el partido…
Pronto crecerá entre ellos un extraño amor, un enamoramiento escuálido, fruto de la miseria como ellos mismos, de la abundancia que nunca existe y del amor que siempre acaba siendo odio. Tanto Julia como Winston saben de la resistencia, de lo que han oido, de ese movimiento clandestino que pone bombas, ¿pero, y si la resistencia la crea el propio gobierno?, ¿ y si es el propio sistema el que tira las bombas sobre la población civil?, ¿ Existen las guerras realmente, o existen y se inventan por que se provocan y se comienzan?, ¿ Existe Emmanuel Golstein?, ¿ Alguien lo ha visto?.
Tanto Julia como Winston saben que están condenados, se han saltado las normas, se han reunido a solas desde hace mucho tiempo, han hecho el amor y en sus encuentros han dejado todo el odio y toda la repulsión de sus vidas fuera. Y por tanto tendrán que pagar por ello. Es el propio sistema el que decide que ellos son parte de la resistencia, cuando ni tan siquiera ninguno de los dos la ha visto…O si que la han visto?, no importa, por que la cuestión es que el sistema está seguro de que si la han visto y ellos son parte de ella.
Winston y Julia serán detenidos y conducidos al ministerio del Amor donde serán torturados, aniquilados mentalmente con sus propios miedos y fantasmas, sometidos a un sutil y a la vez proceso de sometimiento al sistema y al Gran Hermano. Los dos sobrevivirán después de que los hayan convertido en despojos humanos,  sin fuerzas, sin voluntad, o mejor dicho con otra voluntad, con la voluntad de que dos y dos son cinco, y realmente para ellos dos y dos son cinco.
Y se volverán a ver años más tarde en un banco de un parque cuando ya el sistema los ha soltado por que ya no son sino simples marionetas que no representan otra cosa que lo que la misma sociedad es en sí. Pero no se conocerán o sí parece que se conocen, cada uno seguirá su paso, presa de un sutil y casi indescriptible miedo.

domingo, 6 de mayo de 2012

Ensayo sobre la ceguera

El premio Nobel de Literatura, el portugués José Saramago, comparó lo que ocurre en los territorios palestinos con Auschwitz y en cierta medida es un buen preámbulo de presentación de su novela. Vivimos en una era del bienestar sinónimo de ceguera social. Los políticos se afanan en la utilización de recursos mediáticos (TV, radio, prensa) en favor de las iniciativas más desastrosas para humanidad. La puesta en escena de la guerra de Iraq y sus consecuencias (más terrorismo, un nuevo Vietnam para los norteamericanos) es una buena razón para la relectura de este libro.
Un hombre parado ante un semáforo en rojo se queda ciego súbitamente. Es el primer caso de una "ceguera blanca" que se expande de manera fulminante. Internados en cuarentena o perdido en la ciudad, los ciegos tendrán que enfrentarse con lo que existe como más primitivo en la naturaleza humana: la voluntad de sobrevivir a cualquier precio.
"Ensayo sobre la ceguera" es la ficción de un autor que nos alerta sobre "la responsabilidad de tener ojos cuando otros los perdieron". José Saramago traza en este libro una imagen aterradora -- y conmovedora -- de los tiempos sombríos que estamos viviendo, a la vera de un nuevo milenio. En un mundo así ¿cabrá alguna esperanza? El lector conocerá una experiencia imaginativa única. En un punto donde se cruzan literatura y sabiduría, José Saramago nos obliga a parar, cerrar los ojos y ver. Recuperar la lucidez y rescatar el afecto son dos propuestas fundamentales de una novela que es también una reflexión sobre la ética del amor y la solidaridad.
"Hay en nosotros una cosa que no tiene nombre, esa cosa es lo que somos", declara uno de sus personajes. Dicho con otras palabras: tal vez el deseo más profundo del ser humano sea poder darse a sí mismo, un día, el nombre que le falta.
Aparte de una reflexión sobre la ética del amor y la solidaridad, la reflexión de Saramago, un rebelde "comunista libertario" como él mismo se define tiene una enjundia social muy fuerte. La sociedad del bienestar y de la información vive ciega en un mundo artificialmente puesto ante nuestros ojos. Millones de personas nos ponemos ante la televisión y nos ocupamos de una vida llena de superfluas actividades a las que la sociedad del consumo nos invita con insistencia. El bricolaje de nuestra existencia nos somatiza de cualquier preocupación, de cualquier horror que esté sucediendo en un lugar del mundo, o casi delante de nuestras propias narices.
Pero... ¿toda la humanidad ciega? La respuesta es que aceptada la globalización económica, no nos damos cuenta de que a la vez, tras el 11-S se impone una globalización política. Todo esto en un marco general de pérdida de valores, donde la denuncia se va convirtiendo en prioritaria. Esa denuncia permanente de Saramago tiene una extensión que vemos en los principales medios de comunicación de forma continua: "La Iglesia católica nunca ha salido de la caverna"; "la globalización es un totalitarismo".
En resumen, el autor recurre a una narrativa y trama aterradora, a un recurso extremo. Al igual que una grieta abierta espontáneamente a lo largo de los Pirineos provocaba la separación del continente europeo de toda la Península Ibérica (La balsa de piedra, J. Saramago), toda la humanidad padece una enfermedad que le va dejando ciega. El realismo descriptivo de algunos detalles, la crudeza de la condición humana en situaciones extremas no permite la indiferencia del lector, de los lectores, presumiblemente "ciegos" en nuestras cómodas butacas y que Saramago llama a despertar con su novela.