Aquí tenéis una de mis prácticas sobre liderazgo institucional de una de las asignatura del máster RelMed. En este caso escogí la película mexicana "La ley de Herodes" para hacer el análisis.. que, por cierto, es genial y 100% recomendable para todo aquel a quien le guste la crítica política y social!
“La ley de Herodes” es un film mexicano de 1999 dirigido por el
director Luís Estrada. Su aparición provocó duras críticas en el país ya que
era la primera vez que se criticaba a la clase política y la corrupción de una
manera tan explícita. Hoy en día se considera una de las mejores películas
mexicanas de los últimos tiempos y se ha convertido en un clásico.
La historia está ambientada en la época del presidente Miguel Alemán,
quien gobernó México de 1946 a 1952, en un duro período después de la Revolución
que llevó al poder al PRI (Partido Revolucionario Institucional) con el
objetivo utópico de hacer llegar la modernidad y acabar con la corrupción de
los miembros del gobierno.
La película empieza con el linchamiento y posterior decapitación del
alcalde de un pequeño pueblo imaginario llamado San Pedro de los Saguaros. El
gobernador designa a Juan Vargas, dueño de un basurero y militante del PRI,
como nuevo alcalde. Cuando Vargas llega al pueblo este no es lo que se
esperaba, está en ruinas, los habitantes apenas hablan español y la escuela ha
desaparecido después de que vendieran hasta las puertas y las ventanas. Pero lo llaman “licenciado” y empieza a sentirse
alguien importante.
En un principio sus intenciones son buenas, intenta dialogar con la dueña
del burdel para parar los homicidios y las enfermedades derivadas, todo ello
sin aceptar sobornos. Pero con el transcurso de los días empieza a ver las
acciones poco éticas de los demás y como incluso el cura pide dinero a los
fieles por aceptar sus confesiones. Cuando acude al gobernador para pedir el
traslado, este le entrega una ley federal y una pistola. A partir de aquí,
estás serán las herramientas en las que Vargas basará su autoridad.
En un inicio parece que estamos delante de un no-liderazgo o laissez-faire,
ya que Vargas en realidad no tiene ni idea de política ni de como dirigir una
alcaldía y está haciendo el trabajo que otros simplemente no quieren hacer. Su
actitud es de ausencia cuando se le necesita y de delegar las decisiones en su
secretario o echar las culpas de todos los problemas que sufre el país a la
oposición, en este caso representada en la figura del doctor Morales. Pero una
vez que se da cuenta de los beneficios que le puede aportar su autoridad, esto
empieza a convertirse en un liderazgo transaccional negativo claramente
autoritario.
Comienza a buscar errores entre sus conciudadanos, corregir, llamar la
atención, amenazar y, como no, recibir sobornos. Todo ello acabará de una
manera trágica con el asesinato de la dueña del burdel, doña Lupe, “por no
darle su lugar y respetar las instituciones de la patria”. Pero como en todo
liderazgo autoritario, intenta ocultar su error a toda costa y culpar de ello a
la persona más débil, en este caso el borracho del pueblo. Con cada error que
comete, actúa más atemorizado y utiliza sus armas de manera más feroz. Comienza
a creerse que es la autoridad y que algún día llegará a diputado, pero es
consciente de que sin esa pistola todo su poder se pierde y la gente no le
respeta.
Otro de los hechos más significativos que demuestran el estilo de su
liderazgo es la escena en la que Vargas aparece colocando un cartel ofreciendo
una recompensa a quien pueda aportar algún dato sobre el asesino, teniendo
en cuenta que la población nativa no
entiende apenas el español y no sabe leer. Pero a él eso le da igual,
simplemente quiere ocultar su fallo y para ello todo vale. También utiliza
excusas del tipo “A veces, uno tiene que hacer cosas que no le gustan” para
intentar justificar sus actuaciones pero sin asumir su responsabilidad.
Finalmente, tras todas las amenazas y chantajes, consiguen que el
doctor Morales abandone el pueblo y con ello eliminan también la oposición
política a los “ideales” de la revolución. Como un buen líder transaccional
negativo (llevado al límite, claro está) decide cuáles son las leyes de la
constitución que sirven y las que no y se inventa otras con las que recaudar
impuestos adicionales, “todo por el bien de la comunidad”. Incluso modifica el
período de mandato para que los alcaldes puedan permanecer en el poder por
cuatro mandatos. Aquí encontramos la afirmación de “yo sé más que nadie” como
otra de las características más destacables del liderazgo autoritario de
Vargas, ya que no consiente que nadie le lleve la contraria y quién lo hace,
como su propio secretario, sufre las consecuencias. También actúa evasivo y
alejado completamente de la realidad, necesita un traductor para poder
entenderse con los habitantes de San Pedro e intenta que los otros sean los que
están equivocados: “Estás loco cabrón, esas cosas no pasan en mi partido”.
Finalmente, Vargas entra en un estado de locura y acaba aniquilando a
todo aquel que se cruza en su camino. Llega a creerse tanto esa autoridad que
se ha impuesto a si mismo que se cree dueño y señor de la localidad y cree que
puede hacer con sus habitantes lo que desee “Este es mi pueblo, transgresores
de la ley, todo lo hago por su bien, están pobres porque quieren, cabrones!”. Quizás, parte de la culpa la
tenga su superior, el Gobernador, que lo puso en el puesto en su momento
pensando que Vargas no tenía ninguna capacidad de actuación, su laissez-faire
podría ser el motivo porque el que posteriormente Vargas viera vía libre para
ocupar su puesto y, por ello, lo acaba asesinando a él también.
El film acaba de una manera bastante inesperada. A pesar de todo lo
ocurrido y de ser linchado por el pueblo del mismo modo que sucedió a los
alcaldes precedentes, Vargas consigue llegar a diputado. La última escena en
una crítica directa a la clase de gobernantes que ha tenido México en los
últimos años. Vargas confiesa que ha llegado al congreso con las manos
manchadas de sangre, pero lo justifica con que se trata en realidad de sangre
de enemigos de la Revolución. El reto para él y para su partido, es ni más ni
menos que continuar en el poder por siempre y para siempre. Parece ser que,
después de todo, al PRI no le fue tan mal y consiguió su objetivo, pero este
liderazgo autoritario ha causado una profunda herida en los mexicanos que hará
que tarden mucho tiempo en volver a confiar en su clase política.
- Christina Barragán
Universitat Rovira i Virgili
La película imprescindible para entender la corrupción en los paises latinos, Espña a la cabeza.
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