Debemos cambiar nuestras creencias y actitudes para evitar la
discriminación racial, incluso la positiva, porque se demuestra
constantemente en nuestra sociedad que con el tiempo hasta este tipo de
discriminación termina siendo injusta.
Michael Banton (1997) define el racismo como una concepción ideológica que luego deriva en discriminación:
“El racismo es una doctrina que defiende la existencia de diferencias biológicas entre grupos que mantienen relaciones de superioridad e inferioridad”
Abercrombrie, Hill y Turnes (1992) ofrecen otra definición de racismo
donde se subraya la idea de que el racismo deriva en actitudes y
comportamientos:
“El racismo es la determinación de acciones, actitudes y políticas basadas en creencias acerca de las características raciales. El racismo puede ir acompañado por teorías racistas, tanto implícitas como explícitas, las cuales pueden explicar y justificar la desigualdad racial.”
San Román (1993) mantiene que conviene diferenciar entre racismo y fundamentalismo (que algunos llaman etnicismo):
- Racismo: Se refiere a criterios biológicos y de herencia genética, empleados para justificar la discriminación, basandose en supuestas incapacidades del otro, relacionadas con la superioridad de la raza blanca sobre las demás.
- Fundamentalismo: Se refiere a cualquier tipo de discriminación basada en factores culturales (la lengua o la religión del otro). Hay otros autores que prefieren utilizar el término de etnicismo, como Van Dijk (1993) y Mullard (1985), para definir este tipo de discriminación.
Actualmente, asumimos el hecho de que el racismo es
un concepto repudiable, e incluso desde las instancias públicas
(gobiernos, instituciones y organizaciones internacionales) se difunde
este planteamiento. Sin embargo, especialistas en diversos campos de las
CCSS y Humanas llaman nuestra atención respecto al hecho de que, aunque
ahora sabemos que no hay diferencias por razas que justifiquen la
inferioridad y la superioridad, el racismo está presente. Pero este
racismo se basa en las diferencias étnico-culturales y es un fenómeno en
constante renovación y transformación, que desde los tiempos del
colonialismo hasta los de la actual inmigración a nivel global, sigue
manifestandose peligrosamente de formas muy diversas.
Aunque el racismo está deslegitimizado, de una forma encubierta y sutíl sigue existiendo. Dos reflexiones se pueden destacar:
Una reflexión genérica, de un profesor de la UPV, Carlos Manzanos Bilbao en su libro “El grito del otro: Arqueología de la marginación racial”: “Este
nuevo racismo es carácteristico de nuestra sociedad del espectáculo o
de la simulación. En ella se despliega un lenguaje que fabrica un
apariencia de armonía, cooperación, solidaridad y buenas intenciones que
esta sustentando y sustenta una realidad de desigualdad, competición y
dominación”
Por otro lado, podemos hacer una reflexión más concreta mediante un trabajo de Barker (1981) titulado: “Nuevo racismo” en
el que analizaba los planteamientos del partido conservador británico,
entre los años 1970 y 1974, cuando pasó a la oposición. El discurso
político para ganar adeptos, subrayaba el valor de la propia comunidad
autóctona británica frente al “peligro”, que supuestamente representaba
para la misma , el hecho de la creciente inmigración que llegaba de las
antiguas colonias al país. Este discurso rezaba así: “Es natural que la gente prefiera vivir entre su propia gente por lo tanto es lógico
que haya discriminación contra quienes no son considerados parte de la
comunidad. La inmigración ha traído consigo población que destruyó la homogeneidad cultural de la nación británica. Los sentimientos de antagonismo se desarrollan necesaria y lógicamente si los foráneos son admitidos en la sociedad receptora.”
Cabe destacar, que estos planteamientos se extienden con facilidad en boca de los líderes políticos, y difundidos a través de los medios de comunicación masivos
(incluido internet con numerosas páginas web y publicaciones
digitalizadas que tienen este cariz); lo hacen más y mejor cuando el
estado de cosas en la sociedad es crítico (crisis económica).
Debemos tener en cuenta, que este discurso discriminatorio no sólo
está presente en asociaciones de extrema derecha o sectores neonazis,
sino que está extendido en capas sociales muy amplias y sobre todo en
las menos favorecidas.
Hay un racismo no manifiesto en la sociedad, pero
que sí subraya la diferencia, lo que deriva en una práctica social de
discriminación y exclusión, incluso en sociedades que se declaran no
racistas.
Otros conceptos que asociamos al racismo son:
- Xenofobia: Este concepto se relaciona constantemente con el rechazo al otro, al que es distinto y que forma parte de otro grupo.
- Estereotipos y prejuicios (o nivel de las creencias y de las actitudes): En el sentido más amplio, hablamos de un mecanismo de conocimiento de la realidad del mundo, el problema radica en que no podemos conocer directamente toda la realidad que nos rodea, y necesitamos del mecanismo de generalización (poner etiquetas) para referirnos a la realidad que no nos es inmediata. El ejercicio generalizador que hacemos es por lo tanto, simplificador y aunque nos resulta útil, tiene sus limitaciones. Cuando hablamos en el ámbito concreto de las CCSS y Humanas y en el área específica de las relaciones entre los distintos grupos humanos, vemos que se utiliza ese mecanismo de generalización de una manera claramente simplificadora y con un carácter negativo, lo que tiene consecuencias discriminatorias muy peligrosas, incluso graves.
- Discriminación (o nivel de los comportamientos): Es provocada por circunstancias de desigualdad, situaciones de conflicto, de competencia, grupos con estatus diferentes. Cuando hay diferencia, es muy fácil que se generen prácticas que enfaticen esas diferencias. Y las repercusiones (físicas y psicológicas) para el grupo objeto de discriminación, son graves.
Medidas para atenuar la discriminación
Es importante que desde las instituciones públicas no se emitan ni
discursos ni leyes que fomenten esa discriminación encubierta. Además se
deben de castigar severamente, mediante la ley, esos comportamientos
discriminatorios.
También es importante que a través de programas educativos, se
consiga que cada individuo adquiera una conciencia personal, desde la
que se fomente la tolerancia y el respeto al otro, consiguiendo así,
mejorar la convivencia intercultural en este mundo global que debemos
compartir.
En resumen, debemos cambiar nuestras creencias y actitudes para
evitar la discriminación, incluso la positiva, porque se demuestra
constantemente en nuestra sociedad que con el tiempo, hasta este tipo de
discriminación termina siendo injusta.
Para finalizar me gustaría citar a Amin Maalouf en su libro: Identidades asesinas, porque refleja claramente en este párrafo, todo lo que se ha comentado anteriormente:
“…Toda práctica discriminatoria es peligrosa, incluso cuando
con ella se pretende favorecer a una comunidad que ha sufrido. No sólo
porque así se sustituye una injusticia por otra, y se refuerza el odio y
la sospecha, sino también por una razón que de principio a mi juicio es
aún más grave: mientras el sitio de una persona en una sociedad
continúe dependiendo de su pertenencia a esta o aquella comunidad, se
seguirá perpetuando un sistema perverso que inevitablemente hará más
profundas las divisiones; si se pretende reducir las desigualdades, las
injusticias, las tensiones raciales, éticas, religiosas o de otro tipo,
el único objetivo razonable, el único objetivo honorable, es que cada
ciudadano sea tratado como un ciudadano de pleno derecho, cualesquiera
que sean sus pertenencias…”
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