Descubrí al director francés de origen tunecino Abdellatif Kechiche después de que su último film, "La vie d'Adele", ganara la Palma de Oro en el último Festival de Cannes. A partir de ahí me puse a investigar sobre sus obras y hasta el momento he conseguido ver dos de ellas, a pesar del estrés de los últimos tiempos con la presentación de mi trabajo final de máster y mis repentinos cambios de situación laboral.
La primera, "La graine et le mulet", también titulada "Cuscús", me pareció simplemente magistral. Se puede encontrar integra en Youtube en su versión original francesa y, francamente, vale la pena. Sobre todo para todo aquel que haya tenido un mínimo de contacto con el mundo árabe, ya sea in situ o en la diáspora, la película conseguirá sacarle más de una sonrisa de los labios.
La historia comienza cuando Suleiman, un argelino de cincuenta y tantos afincado en Francia, se queda sin trabajo después de haberse dedicado toda la vida a la construcción y reparación de barcos en el puerto de su ciudad. A partir de aquí se suceden una serie de acontecimientos que no son nada del otro mundo, pero son escenas que Kechiche logra captar con tanta naturalidad que resultan entrañables. Sin duda, la escena donde la gran familia se reúne para comer cuscús, es de lo mejor de la película. Las conversaciones, las bromas, el ambiente,.. me han hecho recordar muchos momentos vividos de manera similar alrededor de una gran mesa donde se juntan generaciones diversas y donde cada una de ellas sigue su rol.
Parece ser que Kechiche no tiene ningún complejo en retratar a la sociedad árabe, ya sea para lo bueno o lo malo, pero lo consigue hacer de una manera única, sin ofender y ganandóse el respeto que lo ha llevado a conseguir diversos premios ampliamente reconocidos en los últimos tiempos. En este film, por ejemplo, se retrata el machismo que comunmente se vive en estas familias, pero que analizado no está tan lejos de ser una representación de los hogares de nuestro país. Los mayores ordenan a los más jóvenes, y estos sin rechistar simplemente obedecen. Las chicas se convierten en sirvientes de sus hermanos mayores o padres mientras ellos se limitan a sentarse en la mesa o fumar. La madre conoce la aventura de su marido con otra mujer, pero a pesar de ello sigue actuando como la cabeza de familia sin ningún tipo de reproche (al menos aparente) debido al amor que la une a sus hijos y a estos con su marido infiel. Y como esto, muchos ejemplos más.. También me ha parecido magistral el retrato de la típica pareja mixta. Uno de los hijos de Suleiman, casado con una francesa con la cual tiene un hijo, le está siendo infiel a esta con una chica de su tierra. Ella, a pesar de sus intentos por integrarse con la familia de su marido, no consigue sentirse cómoda del todo y entender muchas de las actuaciones de su familia política. Finalmente no consigue callar más y estalla afirmando que es su propia suegra quien arregla y tapa los encuentros entre su hijo y la amante... Menudo análisis sociológico se podría hacer con esta película!
La segunda de ellas, "La faute á Voltaire", no es que me haya gustado menos, simplemente es algo diferente.
Narra las aventuras de un joven tunecino que llega a París haciendose pasar por un refugiado político argelino. Consigue un permiso temporal que lo lleva a convivir con otros personajes en una serie de albergues para gente sin recursos hasta que conoce una chica con la que espera casarse para obtener los papeles pero que finalmente lo deja tirado en la estacada. Este fracaso le lleva a un centro de salud mental donde conocerá a una chica con problemas psicológicos o mentales de la que se hará inseparable y con la que, imagino, esperará también casarse con el mismo objetivo que la anterior. Aunque en este caso, a pesar de las diferencias, creo que sí que existe un cariño entrañable que se truncará cuando a él finalmente lo deportan a su país de origen.
Como ya he dicho, Kechiche, a pesar de haber nacido y crecido en Europa, logra de una manera espectacular retratar a la sociedad norte africana. Tanto hombres como mujeres no se escapan de su mirada y son plasmados en su vida cotidiana de la manera más acertada que he visto en el cine árabe actual hasta el momento.. Ya era hora de que alguien se alejara de los clichés y ideales que autores emigrados o de segunda generación se empeñaban en hacer creer a Occidente. Ni todo es blanco, ni todo es negro, simplemente es como es.
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